En una coyuntura de altos precios internacionales de los insumos para alimentación ocurrida en el 2008, a la que se le llegó a denominar “crisis alimentaria”, esta Cámara propuso que se investigara la opción de yuca amarga como sustituto del maíz. Bajo el liderazgo del Dr. Jorge Morales, se ha investigado el tema en el INTA, mediante la traída de materiales de diversas variedades de yucas amargas, de la Corporación CLAYUCA-CIAT de Colombia, que se caracterizan por ser de alta producción. Desde el inicio del proyecto en el 2008, se identificaron por su alta producción (40 a 60 ton/ha), 4 variedades promisorias de yucas amargas, la CM7951-5, la CM7514-8, la SM805-15 y la Lirios, en condiciones de trópico húmedo. para el 2010 se tuvieran suficientes materiales para iniciar pruebas de variedades a nivel de campo.

El INTA instaló una planta de secado de yuca en la Estación Experimental Los Diamantes, lo que permitió hacer evaluaciones de secado. Con los rendimientos obtenidos en dicha finca, así como los costos de producción y procesamiento asociados, se determinó que la harina de yuca era más cara que el maíz. Sin embargo, se debería evaluar nuevamente con los rendimientos de otras zonas, costos de plantas industriales y los costos actuales del maíz.

Posteriormente en 2018, se realizaron evaluaciones en el trópico seco y bajo condiciones de riego se observaron producciones aún más altas en una parcela ubicada en Cañas, la cual se manejó adecuadamente con relación a riegos y fertilización.

El INTA ha realizado evaluaciones con raíz ensilada, mediante un proceso de picado y almacenado en bolsa plástica, en estañón o a granel en hoyos revestidos con plástico. Dicho producto se está evaluando dentro del sistema de producción en fincas modelo de lechería tropical y ya está sustituyendo el uso de concentrado. Otras experiencias con productores de leche indican el consumo de 5 kg de ensilaje de yuca por animal por día con reducciones hasta de un 50% en el consumo de concentrados en lechería especializada y en lechería doble propósito. Las pruebas de desaparición del HCN indican que a partir de los 2 meses su contenido es de 60 ppm o menos en el ensilaje, a partir del cual se puede suministrar a los animales con seguridad.

Desde el 2017 el INTA ha suministrado semilla de este tipo de yuca a productores, tanto de cerdos como de bovinos, para que en el mediano plazo estén utilizando esta materia prima en sus sistemas de producción.

De manera conjunta, la Cámara y el INTA hemos ejecutado el proyecto “Validación y capacitación en la producción de yuca amarga y su uso mediante ensilaje para la reducción de costos en sistemas lecheros”, cuyo objetivo es contribuir a mejorar la competitividad de los sistemas de producción animal con base a la alimentación con yuca amarga en sustitución del maíz importado que permita la reducción de costos en ganadería bovina y porcina.

La yuca amarga es una materia prima que se puede utilizar en la formulación de alimentos concentrados o en la dieta de animales productivos, sustituyendo total o parcialmente el uso de maíz amarillo importado, lo cual podría disminuir su dependencia y volatilidad de los precios internacionales de los granos, ahorrando divisas, fomentando la diversificación de alternativas productivas en las zonas rurales y de encadenamientos productivos del sector agropecuario nacional.

El cultivo de la yuca amarga (Manihot esculenta) representa una excelente alternativa para su cultivo, producción, uso e industrialización para la alimentación animal, promoviendo el desarrollo de nuevas alternativas para las personas productoras y creación de encadenamientos productivos entre agricultores y productores de leche, para impulsar la reactivación económica de las zonas rurales del país, especialmente de aquellas con menor desarrollo relativo.

De acuerdo con Morales (2017), la yuca como en harina tienen un mayor contenido de almidón que el maíz amarillo. Por su parte, la energía metabolizable es de 3,25 Mcal/kg para el caso del maíz y de 2,91 Mcal/kg en la yuca. Un reto importante es el porcentaje de materia seca, ya que el maíz tiene un 85,8% mientras que la yuca tiene un 35% de materia seca (Aguilar et al, 2017).

De manera visionaria, COOPEVICTORIA decidió apoyar el proyecto colaborando en el proceso de selección, multiplicación y distribución a productores ganaderos de leche y doble propósito bovinos, caprinos y bufalinos de variedades de yuca amarga (Manihot esculenta); así como la investigación y capacitación en el uso en la dieta y ensilaje para rumiantes y otras especies productivas. El INTA proporcionó a COOPEVICTORIA semilla de las variedades seleccionadas, y aportó el apoyo técnico para las evaluaciones de las siguientes variedades de yuca amarga:  CM7951-5; CM7415-8; SM805-15 y Lirios, las cuales han demostrado la mayor adaptación y productividad a nivel nacional.

Gracias a este apoyo, con el objetivo de trabajar de manera conjunta se aprovecharon recursos del Programa de Adaptación al Cambio Climático para distribuir 224 400 semillas a 35 productores de leche y doble propósito de ganado bovino y caprino.

Esto representó una inversión cercana a los $16 mil provenientes del Fondo de Adaptación. En adelante, es importante darles seguimiento a los indicadores agronómicos de germinación, crecimiento y producción; así como los costos de producción, rendimientos industriales y respuesta animal, tanto de productos fresco, como ensilado o procesado.

En 2023, se estableció un intercambio con CLAYUCA y COLANTA, dos entidades que mostraron un considerable interés en un proyecto relacionado con el uso de la yuca amarga en la alimentación.

En la Cámara, estamos convencidos de que la promoción del cultivo y la producción de yuca amarga puede significar un punto de inflexión en la dependencia del país respecto a la importación de maíz. Además, su potencial para sustituir al maíz en las fórmulas de alimentos balanceados a un costo inferior abre puertas a un mercado más competitivo y sostenible. La yuca amarga ha demostrado ser un cultivo prometedor, especialmente en regiones con características climáticas y de suelo específicas, y su utilización puede generar empleo e ingresos significativos para los productores agrícolas en las áreas de cultivo.

En lo que respecta a los diversos usos de la yuca amarga, se vislumbran aplicaciones tanto para el consumo fresco o conservado como para su utilización en procesos industriales, entre ellos el secado. La opción de consumo fresco o conservado, particularmente en forma de ensilaje, se destaca como una alternativa viable para los pequeños productores en áreas de baja altitud, donde puede almacenarse en silos en pie, garantizando así su disponibilidad a lo largo del tiempo.

Por otra parte, la implementación de la siembra a nivel industrial emerge como una opción atractiva para los productores a gran escala, brindándoles la posibilidad de procesar su producción de manera eficiente. Además, se contempla la posibilidad de adoptar un modelo modular, el cual permitiría una gestión escalable y eficiente. Este enfoque modular podría ser adoptado tanto por asociaciones de productores de alimentos para animales como por productores individuales que buscan diversificar su producción.

Es importante destacar que algunos productores que han recibido material vegetativo han logrado alcanzar rendimientos notables, alcanzando hasta 60 toneladas métricas de raíces por hectárea. Esto equivale a más de 18 toneladas métricas de almidones altamente digestibles por hectárea, lo que resulta significativamente competitivo en comparación con los rendimientos de maíz en Estados Unidos, donde se obtienen alrededor de 10 toneladas métricas de grano por hectárea, representando aproximadamente 6 toneladas métricas de almidones por hectárea.

En cuanto al proceso de secado, se emplea un deshidratador vertical de sólidos, que utiliza aire forzado y un triturador continuo en una cámara de secado, con la recuperación de sólidos mediante un ciclón. Esta planta de procesamiento diseñada y probada busca integrar una línea continua de deshidratación de yuca amarga en Costa Rica, ofreciendo bajos costos, un precio competitivo, alta capacidad de producción y sostenibilidad. Su tecnología se centra en aspectos clave como el control de calidad, el control de procesos, la estandarización del producto, la automatización, la integración y la facilidad de manejo.