En octubre de 2017, una delegación técnica costarricense visitó Nueva Zelanda con el propósito de estudiar su sistema de producción y comercialización de lácteos, con la meta de establecer un acuerdo de cooperación que más tarde se convertiría en un acuerdo marco, sujeto a los procedimientos pertinentes de las entidades estatales. La misión estuvo liderada por la entonces Viceministra de Agricultura, Licda. Ivannia Quesada, e incluyó representantes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y del sector privado, con una participación activa de la Cámara Nacional de Productores de Leche.
El tratado de cooperación entre Costa Rica y Nueva Zelanda resalta la prominencia de este último en la industria láctea mundial. Con una extensión geográfica cinco veces mayor que la de Costa Rica y una población superior a los 4 millones de habitantes, Nueva Zelanda basa su economía en la exportación de productos agrícolas y pecuarios, enviando más del 95% de estos a cerca de 160 destinos internacionales.
El desarrollo del sector lácteo neozelandés, centrado en pasturas, lo coloca como un referente global en competitividad y producción de lácteos. El país cuenta con 4.86 millones de vacas distribuidas en 11,784 fincas lecheras, que cubren una extensión de 1.73 millones de hectáreas. Con un promedio de 414 vacas por finca en 147 hectáreas, la producción anual promedio alcanza los 1.76 millones de litros de leche y 157,560 kg de sólidos lácteos, con un contenido de grasa del 4.77% y proteína del 3.87%. Además, Nueva Zelanda exporta el 95% de su producción láctea.
Las vacas neozelandesas son más pequeñas y livianas que sus contrapartes norteamericanas o europeas, lo que permite un menor consumo y una mayor carga animal. Adaptadas especialmente al pastoreo, responden bien a la suplementación. El sistema de inseminación estacional y la selección genética han resultado en un hato con alta fertilidad y menor incidencia de mastitis bajo pastoreo, además de un contenido de sólidos más elevado. Este sistema productivo se sustenta en un modelo pastoril adaptado y una genética que enfatiza la productividad poblacional sobre la individual, financiado por el sector ganadero mediante el pago de una cuota de 36 centavos de dólar por kilogramo de sólidos totales para la investigación dirigida.
Costa Rica fue elegida socio de cooperación debido a su larga tradición lechera y un sistema productivo donde se valora y obtiene información precisa y repetible. Nueva Zelanda considera a Costa Rica como un laboratorio a cielo abierto, donde se planea realizar diversos proyectos relacionados con la genética, los forrajes y la evaluación de la huella de carbono en el sector lácteo. Durante la visita, se estableció un primer acercamiento con el Gobierno Neozelandés a través del Ministerio de Industrias Primarias y la Cooperativa LIC para el establecimiento de un proyecto de evaluación en Costa Rica de la genética neozelandesa, con la intención de analizar su desempeño en sistemas representativos de producción de leche especializada en nuestro país.
En la implementación de un diseño experimental para validar el comportamiento y desempeño de la genética lechera de Nueva Zelanda en el país, contamos con un total de 12 mil dosis de semen de 12 toros neozelandeses (ocho Holstein y cuatro Jersey) aportadas por la Cooperativa LIC, que serán donadas y probadas en Estaciones Experimentales y fincas comerciales voluntarias, las cuales son seleccionadas por la calidad de datos (deben tener VAMPP al día y registros de los últimos años o programa similar). Por un tema de representatividad estadística, se definió que las fincas deben tener razas puras (no necesariamente registradas) y contar con un mínimo de 40 vacas en producción de la raza a inseminar. Este proyecto es por cinco años, por lo tanto, las fincas voluntarias deben mantenerse en el proyecto durante el lapso, además de mantener registros, criar las terneras de toros neozelandeses igual que las otras en el hato, realizar la prueba de leche tres o cuatro veces durante cada lactancia (la prueba debe incluir idealmente: proteína, grasa, volumen y conteo células somáticas) y pesar las novillas (ternera, novilla y vaca) al menos una vez por año.
Los objetivos del proyecto son los siguientes:
- Inseminar hatos lecheros de ganadería nacional con genética de las razas Holstein y Jersey de Nueva Zelanda suministrados por el proyecto.
- Evaluar variables reproductivas de las hembras de los hatos de las fincas participantes en el proyecto (Edad al Primer Servicio, Edad a Primer Parto, Intervalo entre partos)
- Evaluar variables crecimiento hembras de los hatos de las fincas participantes en el proyecto desde el nacimiento (Peso Nacimiento, Peso Destete, Peso Primer Servicio, Peso al Parto)
- Evaluar la producción y la calidad de leche en primera y segunda lactancia de las hembras de los hatos de las fincas participantes en el proyecto.
Se realizó un análisis exhaustivo de los datos ingresados a la base de datos del Centro de Investigación en Producción Animal Sostenible (CRIPAS) hasta febrero de 2024, provenientes de 107 fincas. En estas fincas, se registraron un total de 8489 servicios con toros neozelandeses, y se evaluaron diversas variables de rendimiento comparativamente, tales como servicios, partos, crecimiento, descartes y producción en primera y segunda lactancia.
El análisis de los servicios se llevó a cabo en 101 fincas que reportaron un mínimo de 5 servicios con toros neozelandeses. En estas, se identificaron un total de 7743 servicios (19.8%) con toros neozelandeses en comparación con 31413 (80.2%) servicios realizados con otros toros presentes en las fincas. A nivel general, se observó que la Tasa de No Retorno a Celo 49 días después del servicio (%-TNR49) fue del 49% para vacas inseminadas con toros neozelandeses y del 46% para vacas inseminadas por otros toros. El promedio de servicios por concepción fue de 2.02 para toros neozelandeses y 2.17 para otros toros. Al desglosar por raza, se encontró que los porcentajes de no retorno fueron del 51% para toros neozelandeses versus el 47% para otros toros en la raza Jersey, mientras que en la raza Holstein fueron del 48% y 45% respectivamente. El %-TNR49 osciló entre el 43% y el 52% para toros neozelandeses de raza Holstein, y entre el 49% y el 54% para toros neozelandeses de raza Jersey.
En cuanto a la distribución geográfica, el %TNR49 de toros neozelandeses fue del 49% en zonas altas (> 1500 m) y del 47% en otras zonas. En zonas medias (< 1500 m), los resultados fueron del 50% y 45% respectivamente. Se observó que, en zonas altas, el %TNR49 de toros neozelandeses fue mayor en 33 de 59 fincas, mientras que en zonas medias fue mayor en 20 de 42 fincas.
Los resultados por número de parto mostraron diferencias a favor de los toros neozelandeses en vacas con partos de 1 a 4, pero no se observaron diferencias significativas en novillas o vacas con más de 4 partos. Respecto a la época de servicio, se obtuvieron mejores %TNR con toros neozelandeses durante el segundo, tercer y cuarto trimestre, pero no durante el primero.
En cuanto a los datos de partos, se contabilizaron un total de 3290 partos de vacas preñadas por toros neozelandeses y 11568 por otros toros. Se obtuvieron 1538 crías hembras en partos normales de vacas preñadas por toros neozelandeses y 5527 de otras. La incidencia de abortos fue del 3.5% para vacas preñadas por toros neozelandeses y del 3.6% para vacas preñadas por otros toros. La incidencia de problemas en el periparto fue del 4.9% y 5.5% respectivamente. La longitud promedio de gestación fue de 277.4 días para vacas preñadas por toros neozelandeses y 279.6 días para vacas preñadas por otros toros.
En relación con el crecimiento de las crías, se registraron 7362 pesos corporales de crías nacidas de toros neozelandeses y 31946 de otros toros. Se observaron diferencias en los pesos a distintas edades entre hembras Jersey e Holstein hijas de toros neozelandeses y otros toros.
Además, se reportaron servicios y partos de novillas hijas de toros neozelandeses y otros toros, con diferentes tasas de confirmación de preñez, edad a primera concepción, edad al primer parto, incidencia de abortos y problemas de periparto.
Por último, se recolectaron datos de producción de leche en primera y segunda lactancia, con diferencias en la producción estimada a 305 días entre hembras Jersey e Holstein hijas de toros neozelandeses y otros toros, así como en los componentes de la leche.
EQUIPO TECNICO RESPONSABLE
Argerie Cruz Méndez, INTA
Carlos Salazar Aguilar, CNPL
Steve Davis, LIC
Esther Donkersloot, LIC
Juan Antonio Arias Castro, LIC
Bernardo Vargas Leitón, CRIPAS-UNA
Jorge Segura Guzmán, MAG
Jose Pablo Jiménez Castro, INTA